Por: Sebastián Monsalvo Cetina
La mediocridad del fútbol colombiano: un ciclo que no cambia
Es doloroso ver cómo, año tras año, el fútbol colombiano sigue siendo una caja de sorpresas, pero de las malas. Santa Fe y América, los dos grandes del fútbol colombiano, terminaron el Todos Contra Todos en lo más alto, pero hoy, cuando llegó la hora de la verdad, en los cuadrangulares nos muestran su peor versión.
No justifico su bajo rendimiento, pero tampoco me sorprende. Esta es la realidad de nuestra liga: hay equipos que son capaces de tener una gran fase regular, pero que, en cuanto entran en los cuadrangulares, se desinflan de una forma increíble. Esto no es una novedad, es algo que hemos visto una y otra vez. ¿De qué sirve tener buenos números en la fase regular si al final el equipo no responde en los momentos decisivos?
Y no se trata solo de estos dos equipos. La liga colombiana es conocida por ser una de las más impredecibles y, en muchos casos, la más floja en cuanto a consistencia. La calidad del juego en el país sigue siendo baja, los entrenadores no terminan de encontrar el equilibrio entre ofensiva y defensiva, y, por más que cambien los jugadores, parece que no hay forma de romper el ciclo de la mediocridad.