Por: Hildebrando Gil
Celebrar un gol es parte del juego. Punto. ¿Por qué sancionar a Efraín Juárez por celebrar una victoria sobre Santa Fe y Medellín? Desde mi punto de vista, este tipo de decisiones solo evidencian lo desconectada que está la DIMAYOR de lo que realmente es el fútbol colombiano.
El fútbol es emoción, es pasión, y las celebraciones son el reflejo de todo eso. Juárez, como cualquier otro entrenador, tiene derecho a celebrar con sus jugadores tras un triunfo, especialmente cuando se está luchando por mantener la competitividad de un equipo tan histórico como Atlético Nacional. El hecho de que la DIMAYOR se haya apresurado a sancionar al técnico, por simplemente mostrar su emoción, es un claro ejemplo de la mano dura y la falta de flexibilidad que hay en las decisiones de los organismos del fútbol colombiano. No hay espacio para la alegría ni para los gestos humanos en un deporte que debería estar lleno de ellos.
No se puede vivir de esa forma en un deporte que debe estar al servicio de los aficionados y del espectáculo. La sanción es completamente injusta y lo que hace falta es un poco más de comprensión y menos control. Si los jugadores y entrenadores no pueden expresarse, ¿qué queda para los aficionados? Dejen de sancionar las emociones, porque eso es parte de lo que nos hace amar este deporte.