Por: Maik Santana
La gratitud como madre de todas las virtudes. Varios estudios de bienestar mental y emocional la catalogan como un acompañante esencial para vivir en paz y con una constante armonía en nuestro ser. Muchos estudios encuentran que las personas que practican la gratitud como habito de vida, reportan beneficios consistentes que van desde la resistencia emocional y la mejora de la salud física a las ventajas profesionales y una mayor empatía.
El ser agradecido consiste en darle valor a todo lo que nos rodea; el tomar como privilegio aquello que muchos anhelan a la distancia, y, abrazarlo con entusiasmo sin contemplar ningún defecto. Sacar provecho de las pequeñas cosas, darle un valor adicional a lo que en muchas oportunidades tenemos de manera cotidiana. La gratitud se complementa con una mayor empatía, dando paso a relaciones más fuertes y menos emociones negativas, como la envidia, la depresión, la soledad y el materialismo; algo que si no controlamos nos puede consumir poco a poco por completo. Actos simples, pero eficaces, revalidan el agradecimiento en nuestras vidas. Levantarse, abrir los ojos y respirar profundamente sin complicación alguna, es el primer motivo de agradecimiento que quiero revalidar, y el primero que se debe aplicar al iniciar el día. Las personas agradecidas son más felices y están más satisfechas con su vida, con sus amistades, su familia, su comunidad y su trabajo. Atraviesan con mucha más esperanza, más optimismo y una mejor autoestima el camino de la vida.
Ahora, te invito a aceptar a los demás en tu camino, con todo lo que conlleva la vida, esto es un acto de agradecimiento; rescatando cada anécdota como formación personal, y no destacar simplemente lo negativo. El endeudamiento emocional con otros seres por sus acciones positivas con nosotros mismos es darle paso al agradecimiento, siéntate un momento y considera, ¿le estoy dando valor a la cama que me abriga cada noche?, ¿agradezco por el techo que me cubre de viento y lluvia cada día?, ¿saboreo cómo se debe cada plato de comida como lo debería hacer alguien que tiene el privilegio de comer todos los días?, ¿trabajo con el esmero y la dedicación que lo haría una persona recién contratada después de durar meses en búsqueda de empleo?, ¿estudio con el compromiso y sentido de pertenencia que lo haría un joven desplazado?, reflexiona y, disfruta la vida con cada privilegio que te esta dando. Agradece a esos amigos que nos dedican su tiempo y energía, esa madre que se levanta y lucha por su familia, ese padre que sacrifica salud por traer comida a casa, esos hermanos que nos ven como modelo y se alegran por nuestros triunfos, esas mascotas que nos esperan en casa con amor y alegría, y esos abuelos que nos aconsejan y nos llevan oración todo el tiempo.
La aceptación del agradecimiento se puede fortalecer de diferentes formas, inicialmente se debe considerar el análisis, pues, salir de ese sesgo cognitivo aferrado a lo negativo es lo más importante, abrirse a observar mi verdadero ser es la puerta para el éxito. Después, cada noche escribe en un diario tres cosas por las que sientes agradecimiento, en la mañana mírate en el espejo mientras te terminas de alistar para salir, y piensa en algo que has hecho bien recientemente o algo que te gusta de ti mismo, y finalmente proponte decirle todos los días a cualquier ser querido, bien sea tu pareja, un amigo o un familiar, algo que aprecias de ellos.
Finalmente citare la frase del físico alemán Albert Einstein:
“solo hay dos formas de vivir la vida: una, es pensando que nada es un milagro y la otra, es creer que todo lo es”